El G-BD lleva a cabo proyectos e iniciativas relacionadas con la conservación y estudio de las especies y los hábitats que éstas ocupan, al tiempo que trabaja en la divulgación del conjunto de los valores naturales.

EL G-BD PROMUEVE EL TURISMO ECOLÓGICO EN EL CAMPO DE MONTIEL DE ALBACETE COMO FORMA DE DESARROLLO SOCIECONÓMICO COMPATIBLE CON LA CONSERVACIÓN


El G-BD ha estado presente con un estand en la última edición de la Feria Internacional de Turismo Ornitológico, celebrada en Monfragüe (Cáceres), para promover el turismo ecológico en el Campo de Montiel de Albacete, como forma de desarrollo socieconómico del medio rural, compatible con la conservación del medio natural.
La comarca natural del Campo de Montiel, ocupa en la provincia de Albacete unos 1.700 km2, lo que representa aproximadamente la mitad de su superficie total. Incluye los términos municipales de El Ballestero, El Bonillo, Lezuza, Munera, Ossa de Montiel y Viveros, y parte de los de Alcaraz, Povedilla y El Robledo.
Se trata de una altiplanicie basculada ligeramente al oeste, elevada entre uno y varios centenares de metros sobre la llanura manchega, quedando delimitada por ella al norte, y por las estribaciones de la Sierra de Alcaraz al sur. Su altitud media es de 800 m, llegando a más de 1000 m en su parte centro-oriental. Su cota máxima es el Cerro de los Barreros (1102 m), en El Bonillo.
Su geología es de gran uniformidad, dominando los terrenos calizos provenientes del mesozoico -mayoritariamente del jurásico, apareciendo materiales sueltos y grandes bloques dolomíticos, jalonando sobre todo los bordes de los valles fluviales. Estos materiales, con una profundidad de unos 40-50 metros, se disponen sobre una capa impermeable de yesos y arcillas, que ocasionalmente, por diapirismo, aparecen en el exterior. Del paleozoico (ordovicico), apenas existe representación en el territorio, salvo en localizaciones puntuales de pizarras y cuarcitas muy compactadas en Povedilla, Viveros, cercanía de las Lagunas de Ruidera…
En su mayor parte pertenece a la cuenca hidrográfica del río Guadiana, aunque su franja oriental vierte sus aguas a la cuenca del río Júcar. El subsuelo está ocupado mayoritariamente por el acuífero 24 (o de La Mancha Oriental). Toda su superficie está surcada por pequeños ríos y arroyos de poco caudal, generalmente de régimen estacional (ríos Jardín, Pinilla, Sotuélamos, Córcoles...). Destaca especialmente la masa de agua de origen kárstico de las Lagunas de Ruidera, al oeste, junto a otras igualmente de origen natural como la laguna de los Ojos de Villaverde, al sureste, y el complejo endorreico de navas y navajos de El Bonillo-El Ballestero-Lezuza, de marcado estiaje, en la parte central.
Los suelos son pobres, y en consecuencia también su modesta pero valiosa agricultura tradicional, que ha sabido mantener el uso del territorio, creando elementos tan útiles para la fauna, como pedrizas, majanos, lindes, etc., y respetando una basta superficie de vegetación natural (encinares, sabinares, tomillares…), que conforman un medio natural razonablemente bien conservado, idóneo para la práctica del turismo ecológico, como forma de desarrollo socioeconómico sostenible de este territorio.